inventándome la vida

lunes, marzo 19, 2007

Creo en la mañana

Creo cada vez más en la mañana, en un rato leyendo como si estuviera recuperando el alfabeto, en llegar de momento a mediodía, en la escuela del olvido cuando hace falta, cuando hay alguna nota que ahí quedó, sólo esa, pero existe siempre la historia y las hemerotecas. Pero creo en el presente que tengo, en la clara decisión de no juzgar jamás a nadie.

Creo en los más hermosos recuerdos que durante muchos años fui construyendo como una simple convivencia, según me dijeron, sigue conviviendo. Ante tal planteamiento, sólo a eso le daré su justo valor, sólo a eso le di la categoría que no me podría restar ya nadie, el modo de comprender la verdadera vida. Incluso soportarla con la certeza de la muerte, a codazos como muchas veces me explican que hay que ir contra ella.

Estos días precisamente todo está más quieto, me acerco mucho más a los versos ajenos, a las hojas que ya no están en blanco pero que no leeré ni yo mismo de nuevo; a la sensibilidad y la razón inteligentes que no tienen género. He terminado de mirar con miedos viejos, estoy seguro que vale lo que tengo, dando y recibiendo generosidad y respeto, con mis señas particulares, las que tengo, hasta sin quejas a la naturaleza, hablando cuando no tenía planeado y siguiendo para participar sin más plazos ni compromisos que los que tiene uno mismo, los que te impones o los que ofreces sin nadie que te los reclame.

Todo está más quieto, es hermoso porque tiene la belleza del futuro del día. Es suficiente como si hubiera una ley de seguir siendo jóvenes. Así lo he notado esta mañana por eso cada vez creo más en ella, en lo que venga a traerme, a lo mejor un abrazo desde lejos en una sola línea, nada a cambio, sólo enseñarme la dosis del esfuerzo. Aquí he puesto mi estancia: voy a hacerlo mejor, al menos intentar hacerlo mejor cuando no supe hacerlo. Estoy quieto, conforme, esperando, recibiendo, cuando venga lo que venga.

¿Por qué creo cada vez más en la vida? Porque tiene sentido lo que tengo, hasta noto los alrededores tiernos, enseñanzas que me llegan sin querer enseñarme nada nuevo, nada que no haya querido intentar, nada que no haya puesto en un camino paralelo y esta mañana, precisamente esta mañana, mirando en los ojos, la mirada de alguien que no está, allá lejos.

Nada especial esta mañana, nada pasa en especial: he estado hasta ahora leyendo y ahora escribiendo en un sitio lleno de recuerdos que nunca se harán viejos, son ecos, residencia como en una pequeña estancia que compartí en muchas ocasiones.

Pero estreno vida nueva cada vez, he decidido ir estrenando vida nueva, lo cual no exige nuevos comportamientos porque no sabría hacerlos, los mantengo por si vuelven del pasado los mejores recuerdos. Ya sin sueños, quizá, seguiré viviendo, con la afonía de mi cuerpo cansado pero con la misma lengua, con la misma forma y manera con que seguiré escribiendo y contando las cosas y no regateando en las entregas por mal que sepa hacerlo.

Me callaré de nuevo hasta una nueva mañana, como la que ahora cuento, que amaré tiernamente con un tipo de fe indispensable para seguir viviendo.

2 Comments:

At 12:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es bellísimo ese sentimiento de quietud que tiene tu mañana. Es bellísima tu forma de describir como cada día te enfundas los segundos, como si fueran los trajes del alma, para salir a encontrarte con el presente escuchando los ecos de esos recuerdos.

Qué bella manera de encaramarte a la vida has escogido.

Desde lejos, mi mirada, ojeando esas vestimentas que te cubren, que te hacen especial, que me dicen: "Ahí está, subiendo al a cima de su presente".

Desde aqui, mi mano, mi cariño y mi mirada, lejana pero siempre presente.

 
At 4:22 p. m., Blogger Fran said...

Sí, ya lo sabes que me gusta mucho esa quietud. La empiezo bien temprano para que me dure más rato.

Eso que siento no sé cómo lo cuento, me basta que le guste a la gente lo lea porque es lo que tengo dentro.

Mi ropaje es muy corriente, pero cuando tengo una respuesta así, ¿sabes lo que pienso? Dije lo que quería decir.

Siempre me hará falta tu mano, tu cariño y tu mirada.

Gracias

 

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