inventándome la vida

miércoles, febrero 21, 2007

La magia

Con los pasos cada vez más necesariamente lentos, con dolores medidos y asumidos, solo quiero merecer ya que alguien sepa asignarme una magia que tiene escondida la vida esperando penetrarte por la ventana que todos tenemos y dejamos abierta. Pensamos muchas veces con un sentido finalista de la vida, que nuestros actos tienen una significación oculta que más pronto o más tarde darán su fruto. Es la manera de oponernos a esa trama gris y sin relieve de cada día. Pero de pronto surge como esa flor escondida, una figura, el eco de una caricia, distraída pero cierta.

Una vez en contacto hay que establecer mediciones verdaderas y aceptarlas, saber a quién tienes delante, lo que puede darte y lo que tú vas a ofrecer. Es la forma de llegar hasta uno mismo con un respeto grande y verdadero a lo que forma ya tu vida, a lo que sigue siendo, sólo traía una flor, no quería romper nada, ni una exigencia a cambio, era dueña de una magia verdadera que venía o ofrecerla sin contraprestación a cambio.

Esa magia puede llegar a ser como una crema para quitarte las arrugas, una línea de expresión siempre sincera, una admisión de lo que ya existía: los cimientos antiguos de una vida con un comportamiento que te ayudaban a fortalecerlos. La magia estaba también en no tener ningún miedo a nada, llevar la dignidad por encima de todos los valores. Esa fue su magia, con ella me hizo mágico a mí a veces, así llegué a creérmelo.

Y así puede vivir uno cada día y hacer vivir a los demás sensaciones cortas pero abrumadoras, iluminaciones de poeta, moldes de la vida propia sin tener que cambiar porque nadie te lo demandó jamás esos propios esquemas, ni para un rato de conocimiento o de placer, dejando que la distancia siga teniendo su oculta belleza de distancia, imponiendo silencio porque nada importa cada vez que vuelve la palabra que dejaste atrás, a dónde pudo estar cualquier error. Nada enturbiará el asentamiento de una magia tan valiosa.

Uno aprende a querer su propia vida a tumba abierta, le aportan ese amor en beneficio propio, como si fueran detalles que no percibes la importancia que tienen. Llenas tu soledad de muchas veces con tu propia riqueza, le pierdes el miedo pero porque sabes que cimentaste muchos años con la conducta del cariño para que vuelvas tu rostro hacia donde lo vuelvas tengas siempre respuesta. Por eso vale la pena tener esa ventana abierta a donde mires, a la gente noble -eso sí- que no te anunciarán agradecimientos, te darán cada día, una vida, respeto, admisión y cariño.

Te aportarán la magia de la que hablaba antes, para que la hagas propia, querrás saber para querer saber, tener la mirada abierta, lenta y encomiable, para posarla y recibirla en la comarca de un mutuo placer. Vivirás así la verdadera cultura del comportamiento, exigirás de cada persona cerca de tu querer una sola cualidad, sabrás encomiarla, agradecerla de verdad y no juzgarla por las que le puedan faltar. Que esa cualidad buena sea un pasaje mágico para caminar muy bien aunque la vida ya me haga ir dando cada vez más lentos los pasos.

Solo quiero tener a mano lo que quiero, comunicarme y enriquecerme, una vejez sin grandezas, con satisfacciones, invulnerable a todo, una vejez mágica –le sigo dando vueltas- porque la quiero, la necesito, me la dieron y sé devolverla. Una vejez que cuando hay un silencio se respeta, una laguna se soporta y te ayudan, una manera de admirar sin que nada importe lo que venga luego. Vivimos desde hoy hasta hoy y tenemos bastante.

No es poca magia.

2 Comments:

At 6:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me has recordado algo que alguien muy querido para mi me dijo un día: " deja de la magia poderosa del cariño inunde tu vida; solo así serás capaz de tener una vida propia"

Lo he entendido con el paso de los años. Tu has dejado entrar la magia en tu vida. Se nota.

Un beso

 
At 6:53 p. m., Blogger Fran said...

A lo mejor la magia ha entrado en mi vida porque alguien generosamente me ha obsequiado con ella, me ha enseñado el camino, me ha hecho llegar hasta allí.

Gracias

Un beso

 

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