inventándome la vida

domingo, agosto 27, 2006

Quemar del verano


Dije al principio del verano que no me gusta el verano, me cambian mis biorritmos, me alteran o hasta me restan hábitos que necesito, son defensas para la vida y herramientas a la vez. El verano para mi es una especie de pausa no elegida, yo no estoy para pausas sino para seguir y seguir viviendo con un cúmulo de medidas ya elegidas.

El verano lo sitúo, he de decirlo, en un marco muy bello, personal y propio con una historia fabricada con mi gente con mi gente de más cerca, hasta con prolongaciones en días que no eran verano. Su marco es la mar y la playa, la mar que todo lo puede, todo nos lo puede traer aunque nunca alcancemos su horizonte, su falta de final porque su belleza es tan infinita y tan nueva cada vez que enriquece nuestros ojos siempre. Su playa tiene para mí el atractivo de una soledad individual, rotunda y elegida porque son muchas más veces que la busco vacía. Nada que objetar, pues, ni al entorno ni a los seres queridos que tuve cerca. Todo esto me trae cada verano un cúmulo de recuerdos favorables, esos que forman parte luego de la propia cultura.

Pero dije y repito que lo que no me gusta del verano son esos cambios de la vida que suponen una resta de útiles entodo el año necesarios, imprescindibles para seguir viviendo a mi modo, a mi manera. Tengo entre las manos ya de la vida una temporalidad que hace a veces pensar en los finales y yo siempre fui un hombre de comienzos, de destapar ilusiones, de inventármelas aunque no existieran. Pero ahora ya no me puedo permitir el lujo de las pausas y poseo el inexcusable derecho de vivir y vivir como sea mi manera. Si alguien lo tilda de egoísmo, pues le admito el calificativo cuando alrededor mío es fácil también encontrarlo, como cerca de cualquier ser humano.

Resumo: las cosas, los sitios, las costumbres, las sonrisas, las caras que dejé antes de empezar el verano las he echado tanto de menos que no pienso volver a hacerlo. Sujeciones, sensaciones, sentimientos, apoyos, hasta miradas, son alimento de mañanas, mantenimiento de tardes y defensa para las noches. Pues tener eso siempre hasta donde llegue mi atractivo y mi poder, mi seducción y mí entrega, va a ser siempre mi vida, mi salud, mi resistencia.

Quemaré, pues del verano, los impedimentos que evitaron mis disfrutes merecidos y altamente necesarios. Me quedaré con cada gesto favorable que tuve durante este verano: la sonrisa, el beso, la anécdota de un niño que sólo es capaz de aportar un niño, su compañía y su cariño. Pero quemaré repito los huecos de tiempo, dependencia y distancia que me alejaron de un sitio donde tengo que vivir, donde he de esperar a morir.

Quemaré, sobre todo, de este verano deficiencias de físico y de ánimo, flecos que no se ajustaban a mi modo de ser, eliminaré de ésta manera el más remoto índice de desánimo que yo no tuve jamás, para el que no estoy fabricado. Puestos a esperar, voy a ver cómo es eso de vivir lleno de ilusión y de aspiraciones nuevas o viejas, pero intactas en mi ánimo.

2 Comments:

At 5:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pasa el borrador por la pizarra del verano para que se borre aquello que te ha impedido mantener tu ritno, que borre solo esas carencias que esperaban en otro lugar. Mantén en la pizarra el recordatorio de los deberes que te aguardan, toma de nuevo la tiza de tu vida y comienza a escribir.

El verano solo es un corto espacio de tiempo que termina para dar paso a un otoño e invierno de pausas, bienestares, rutinas y hábitos adquiridos y necesarios que, en definitiva, será quien nos de paso a un nuevo verano.

Te entiendo, por eso desde aqui deseo que pronto vuelvas a estar acomodado en el sofá de tus hábitos.

Y como siempre, un beso.

 
At 6:17 p. m., Anonymous Anónimo said...

"...toma de nuevo la tiza de tu vida y comienza a escribir" Más precisa no has podido ser. Es lo que voy a hacer, es lo que necesito hacer.

Voy a entrar de lleno en los hábitos y riquezas que me fabrico a lo largo del año, es mucho bienestar, es mi vida, mi riqueza.

No dejes de mandarme ese beso. Yo siempre lo tengo para ti.

 

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