inventándome la vida

viernes, julio 28, 2006

Mi rincón


Sin saber por qué rodeado del mar, de un sitio apacible y propio durante muchos años, con gente a la que quiero porque la quiero y porque es mi gente, de pronto uno necesita volverse unas horas a su hueco habitual de siempre: donde mejor oye la música porque se queda muy pegada a las paredes: donde los libros pendientes son casi corteza de la piel y ojearlos es más oficio y tentación; donde instrumentos del mayor número de horas propias los compruebas en su sitio esperándote; dónde está ese sitio al que es preciso volver.

Y eso he hecho ésta mañana, casi en silencio, cuando todos duermen y yo entonces me apodero de los silencios que tienen, he arrancado mi coche, he dejado a la gente de “vacaciones” renunciando a las mías, que ya no me hacen falta. Prefiero un ocio prolongado e inventado cada día, la insistencia de las cosas pendientes que condicionan a veces más que un trabajo, que una obligación rutinaria e insistente.

Ya estoy en mi rincón y casi escribo más propio, como si fuera sin seudónimo, más desnudo de horarios no elegidos, más libre por fin, menos condicionado. Ayer me explicaban que no hay que dejarse condicionar. Hoy me lo aclaraban más: porque eso no es una forma de amar; estar dispuestos a escuchar, a renunciar a nuestras preferencias, a no ponernos en el centro de la atención, esto es todo correcto, pero incluso si al final hacemos lo que se nos pide, tiene que ser por un acto nuestro de voluntad. Bonita lección de quién siempre sus palabras las dejo cuidadas y recogidas para cada ocasión.

Pues mi pequeña voluntad de esta mañana es estar donde estoy y escribir desde allí. Receptivo me siento a renunciar a preferencias del momento, a prioridades de siempre, pero necesito esta mañana permitirme este pequeño derecho de mi hueco. Desconozco su amplitud y su distancia ajena, pero al ser mío y estar dispuesto a compartirlo me lo noto muy propio, me reconforta, me da el descanso para renunciar de nuevo a otro descanso.

Para volver de nuevo a posturas que convivo estos días con agrado y paciencia, con sonrisas que no disfruto a lo largo del año en demasía ni mucho menos, con maneras de ser que tengo que encajar entre las propias porque de esa forma –ignoro lo que lo ponen los manuales- se hace familia, se crea convivencia, te haces especial y acaban todos siendo especiales contigo. Especiales en la forma de quererles y quererte.

Ahora vuelvo, dejarme terminar el día en éste hueco mío que también es de quienes me quieren.

3 Comments:

At 1:37 p. m., Anonymous Anónimo said...

Qué bello es saber disfrutar de todo eso que te has ganado.Sabes como hacerlo y donde tienes que estar en cada momento.

Eso es vivir.

Un beso.

 
At 11:11 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pues en las palabras finales lo tienes escrito y terminante, ese hermoso hueco, todos los que vaya creando son bellos cuando los comparto.

Cuando alguien los quiere conmigo.

Un beso

 
At 2:51 p. m., Anonymous Anónimo said...

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