inventándome la vida

viernes, julio 14, 2006

Mi mayor tesoro



Hay una frase muy convencional que la gente utiliza con frecuencia:”el tiempo es oro”. No sé el calibre verdadero que cada uno que la pronuncia y cuando la pronuncia le da, para mí se trata de algo más simple pero aún más importante: mi tiempo es lo mejor que me resta en la vida. Con él puedo hacer cosas importantes como desplegar mi mayor ternura y cariño; ayudar donde mi aportación de algo sirva para alguien; enseñar y aprender; darle a mis ojos el alcance hasta donde todavía incomprensiblemente aún no habían llegado. Por todas estas y muchas más razones o motivos no quiero perder ni un solo minuto mío de vida. Únicamente se lo permitiré quitármelo del todo a la vida.

Ayer mi recorrido de un punto de ocupación temporal gratísimo hasta mi vuelta “a mi espacio” como me calificaron muy acertadamente al llegar a ése punto propio, me costó invertir un tiempo innecesario por esas circunstancias de la vida diaria como puede ser cualquier tipo de prolongación o de retraso. Eso primero cansa indebidamente, luego resta, resta tiempo para mirar donde aún he llegado con la mirada, para leer las páginas que están esperándome, o simplemente tomar posesión de un punto de asentamiento físico habitual. Entonces además te das cuenta que el término “habitual” es más importante y valioso de lo que pensamos lejos de él.

Ya estoy, ya saboreo mi tiempo, ya lo empleo como lo siento y como lo necesito, elegido libremente y sin desmerecer para nada lo que dejé atrás con todo su valor de sangre propia, este hueco desde donde ahora estoy escribiendo no puede ser de nadie nada más que mío, mío precisamente el tiempo que me quede.

Su recorrido hasta aquí si lo ha alargado más de lo debido circunstancias ajenas –una carretera en obras, horarios ajenos- me produce, ya lo dije, cansancio y necesidad de llegar, y en el momento de tomar asiento, el puesto propio lo sientes como mucho más personal e intransferible, pocos minutos en él, lo gozas, como un alba que parece recién inventada, como un paisaje de utensilios personales que están en su sitio donde yo los dejé pero que han aumentado su esencia y su valor, que son todavía más andamiaje de mi vida que no puede permitirse a estas alturas titubeos, esperas ni sobre manera tiempos perdidos.

Por eso cuando observo a personas en similares circunstancias que dejan pasar ese valor incalculable del tiempo como elemento de paso, como simple tiempo que transcurre me quedaría gustoso con ese que parece que les sobra, que no les hace falta. Tengo prisa, sí, tengo prisa, por recuperar cualquier momento perdido. No sé si se trata de “oro” como el dicho popular afirma, pero para mí es tesoro muy valioso. Me gustaría frenarlo si pasa antes de tiempo o más deprisa, pero al menos no dejarlo perder

3 Comments:

At 11:44 a. m., Anonymous Anónimo said...

El tiempo es oro y no podemos frenar su paso,a veces lo perdemos en quehaceres ajenos, en imposiciones no elegidas, pero hay una forma de recuperarlo, y es vivir el siguiente segundo como si en lugar de 60 décimas ese segundo tuvier 180...

Tú lo recuperas y lo vives y te recuerdo la frase que me gusta citar: Tu no dejas que la vida pase por tí, tú pasas por la vida, pisando fuerte.

Desde mi rincón, decirte que me gusta verte de nuevo en ese espacio propio que te has ganado a lo largo de todos estos años.

Un beso.

 
At 1:21 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Ese rincón, es ahora muy rico, muy hermoso. Lo he vivido siempre, porque lo necesito y tú lo sabes y tienes la categoría de reconocerlo, en presente y en pasado.

Estoy aquí otra vez y alargo la mano.

Y el beso

 
At 4:57 a. m., Anonymous Anónimo said...

Great site lots of usefull infomation here.
»

 

Publicar un comentario

<< Home