inventándome la vida

domingo, julio 09, 2006

Lo que quiero


Parece extraño y curioso, hasta un poco podría servir para bajar el listón de la autoestima, que uno a estas alturas de la vida no sepa bien lo quiere, aunque en realidad no es un problema de desconocimiento, sino de falta de audacia para cumplir esos deseos.

Quiero como tan recientemente ayer decía, una compañía propia cimentada. Necesito, como vivo en los actuales momentos, el anecdotario de niñas pequeñas con mi sangre que me llamen por mi nombre y no por mi lazo de consanguinidad, que me den al pasar junto la puerta del baño, luego de comer, el cepillo de dientes y la autoritaria orden de ¡límpiate los dientes! ¡Ya promete esta mujer con cinco años! Necesito esas cenas de seis personas cuya unidad he forjado antes, hace ya muchos años, con mi esfuerzo y mi trabajo, con la práctica en mi propia casa para que lo crearan luego quienes llevaran mis genes.

¡Claro que quiero todo eso! Pero hay un rincón aparte, sólo de éste quien ahora escribe, el que se deriva de estar hace un rato –valga el ejemplo- con su café, su acogedora temperatura de las siete de la mañana y un hermoso jardín por delante. He bajado despacito, nadie me ha escuchado, a nadie le he perjudicado su sueño, pero el mío era estar aquí y ahora, por si alguien me esperaba.

Ese aquí y ese ahora tiene un solo dueño que es mi más tierna y enamoradiza soledad de hombre tierno, de niño hambriento, de brazos sueltos para que se los alcance otra persona con los suyos, de palabras que no sé si servirán pero yo las iré dejando porque dentro no serían ya palabras, serían casi lamentos.

No es un desvarío, hace años, hace ya definitivamente todos los años de mi vida que voy por ahí dejandome a pedazos, porque yo necesito esos otros pedazos, porque solo valgo poco y mi propia y bien cimentada compañía, mi anecdotario de que hablaba antes, no es bastante, no es bastante.

Creo que la primera vez que escribí una palabra en la red lo dejé bien claro. No hubo engaño, ni lo puede haber de quien quiere conservar todavía sus mejores esencias de niño. Ésta es mi soledad, ésta es mi compañía, más o menos lo que ya dije ayer pero que estos días me persigue, me persigue y me pregunta, lo que quiero. Puede dar la imagen de que no sé bien qué es eso que quiero. Pues por dentro es lo mismo: el mejor ser que llevo allí dentro ir dándolo a pedazos y a ratos. Los momentos que pueda, los que le robe a la vida propia.

4 Comments:

At 10:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me encanta esa frase "mi encantadora y enamoradiza soledad". A esa soledad me refiero cuando te digo que me gusta, que la disfruto y que la volveré a disfrutar dentro de poco al lado del mar.

Para mí es un auténtico placer coger el coche y circular esos pocos kilómetros por esa carretera que parece un sendero mágico y que desemboca en la playa. Allí, me siento a ver despertar al sol y asomarse por la montaña de Formentor mientras las sombras corren a esconderse hasta otro lugar.

Esa "maravillosa soledad" no tiene precio y me alegro de que ahora la disfrutes tú en ese jardín que debe ser precioso.

Hoy, la disfruto yo aquí después de estar ayer rodeada de esa gente que me hizo disfrutar de su compañía.

Sigue disfrutando. Lo mereces.

 
At 11:24 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo creo que sí sabes lo que quieres. Lo tienes bien delimitado. Tu soledad elegida es como un área de recreo a la que acudes para subirte a la noria de la vida. Quieres que la rueda gire, que se pare cuando tu lo ordenes y que suban a sus cabinas todas y cada una de las ilusiones, sueños, recuerdos y vivencias que necesitas para cuando estás allá arriba, mirando al suelo a vista de pájaro te digas : "lo he conseguido".

Un beso y que disfrutes de todo lo que tienes, porque lo has trabajado antes.

 
At 5:25 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Es verdad mi soledad es encantadora y siempre estuve enamorado de ella.

Me alegro que vayas a disfrutar dentro de poco junto al mar por esas costas y esa montaña que yo conocí hace años.

Gracias por tu afirmación de mi merecimiento. Para ti, lo que vas a tener dentro de poco, también lo mereces, no lo dudes.
Un beso

 
At 5:27 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Las líneas divisorias son muy claras porque me las he trazado yo mismo, lo que ocurre, es que esa noria de la vida a que haces referencia a veces marea, confunde.

Tengo un cúmulo enorme acumulado –reitero la frase adrede- de ilusiones. No me las trajo nadie sino que esas vivencias propias me las viví con toda mi gente, nunca fui egoísta, bolboreta, lo digo con honor y con orgullo.

Repartí y quiero recoger no como ningún pago sino como dices perfectamente, como una consecución, exactamente, como un logro duro antes, hermoso ahora.

Pero junto a ello siempre, la ternura en mi piel cuando esté solo. En esos momentos de soledad soy capaz de engendrar lo mejor de mi.

Un beso de gratitud

 

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