inventándome la vida

sábado, julio 01, 2006

Mañana también


No hace falta ni una llamada de teléfono, ni a veces hasta las palabras, cuando se tienen las seguridades siempre quietas porque no se han convertido en obligaciones, porque además no suele fallar ningún gesto y si falla, da lo mismo, se le deja pasar.

Para pensar en alguien sólo hace falta el pensamiento, sólo necesitamos el sentimiento. Dejar que a cada persona nos vayan las cosas como nos tengan que ir, que nuestro marco, nuestro entorno sea siempre lo primero, detrás hay afectos que fueron siempre pilares para la convivencia, afectos que se hicieron costumbre, puede parecer un término peyorativo, pero necesitamos de las costumbres en la vida como el ropaje más íntimo, tenerlas para siempre, porque las construimos para siempre. Y quien las pierde o no las tuvo nunca o no las supo conservar. Deriva en soledades mal llevadas.

Mañana también, rodeado de todos los que me quieren, de gentes de bien a las que sí que les importa el bien. Mañana también, con la protección que necesite, la ayuda gratuita y desinteresada de quien a lo mejor sabe leer el sentimiento, el estado de ánimo, sin tener que explicárselo. Porque esa ayuda supone una dosis de coherencia y respeto, de entendimiento valiosa e infrecuente.

Y en esos casos en que me siento tan ayudado, es hermoso recordar –lo hice no hace mucho- esos momentos vestido de niño a fondo, esperas que te traigan el sueño, dejar las asperezas del día para luego, para cuando ya no van a ser asperezas porque ni te vas a acordar de ellas. Niño a fondo, entrañable y protegido hasta de trampas y engaños para recabar atenciones que murieron. Una vez las cuentas, te hacen dar cuenta que a cada uno nos pasan unas cosas pero que no deben ser motivo para dejarse engañar más veces.

Es curioso y sorprendente que hasta me averigüen las cosas sin saberlas, ni preguntarlas, sin necesidad de leerlas, sin llamarme sino dando por supuesto que tienes al alcance los mejores modos de liberarte: mis calidades propias, orgullosamente propias, llenas de todas las tentaciones y todos lo errores.

Para acabar de explicarlo si que habrá que utilizar el símil de una llamada de teléfono que puede ilustrar cualquier cúmulo de palabras, una llamada, por ejemplo, que te dijera: lo tuyo es más tuyo, lo que ganaste y trabajaste puedes sentirlo como más orgullosamente propio, los hábitos del día siguen siendo hermosos y envidiables hábitos. Y al final como si se te fuera a notar una sonrisa elegida y permanente, pues eso, la licencia más necesaria, honesta y hermosa para seguir viviendo.

Mañana, también.

2 Comments:

At 10:15 p. m., Anonymous Anónimo said...

Para pensar en alguien solo es necesario sentirlo desde dentro. Entonces sobra todo. Hay llamadas que no hace falta que suenen para decirle al otro "eres importante para mí, por eso en este momento sé lo que sientes".

Una sonrisa honesta, es suficiente y un "ven" aquí me tienes.

Como siempre, un beso.

 
At 10:46 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Y eso que sabes que siento ahora y lo que intuiste enseguida me ha servido, me está sirviendo ahora para recuperar la paz y la alegría a la que tenía derecho.

Cada sonrisa y cada ven tiene una bondad de la que estaba muy necesitado.

Cada día, mañana también, un beso

 

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