inventándome la vida

lunes, julio 03, 2006

Dame lo que puedas


Cada año cuando llegan las fechas de vivir junto al mar unas cuantas semanas, siempre cuando llego y escribo las primeras veces desde esa terraza a escasos cien metros de la orilla o recorro un camino hasta el mar, por la arena, junto a unas casetas de baño que he sabido inventarme en la imagen. Cuando le miro al mar desde cerca pero procurando llegar lejos, siempre le digo lo mismo: dame lo que puedas.

Aunque me dieras toda la belleza de la tierra, las miradas más dulces, la ternura más quieta, yo lo disfrutaré, yo lo disfrutaré mientras lo tenga. Cada verano se van quedado despojos míos en la arena: la manera de bañarme sin bañarme, de tomar el sol en la playa pero procurando darle un gran respeto a la playa y que sea en momento en que no haya casi gente. Cada verano, pierdo cosas, me gustan menos los veranos, estoy más horas leyendo porque pienso que no hay nada mejor que estar leyendo.

Dame lo que puedas de las aguas de ese “estanque azul” donde mis hijos de niños se fueron haciendo hijos, donde la gente siempre supo acercarse aunque fuera sólo a verme, jardineros que no los saluda nadie, vigilantes del mar para que siga siempre estando allí el mar, niños hechos jóvenes de los demás que nunca supe quienes eran y ellos sí, ellos se acordaban y se acuerdan.

Pero me gustaría que este verano el mar me hiciera menos heridas. Da lo mismo que cada vez se acuerde menos gente que tengo año más, que tengo un año menos; que haya amigos que de hacerse tan viejos de repente ya no los encuentre, el último verano ya no los encuentre. Me gustaría tomar más el aire, que el sol no solo me hiciera más moreno, que el sol me cultivara, que entendiera mejor las cosas que no entiendo, que nunca me queme, que me espere, pero no me queme.

Yo acudiré, y tendré niños viviendo junto a mí de la siguiente generación de mi generación que han dejado definitivamente de ser niños para ser ya mujeres y un hombre, seres que tengo lejos durante todo el año. Casi sólo estoy con ellos aquí cuando vengo donde me dejo el mar cada verano y ellos acuden a buscarme también todos los los veranos mientras me queden veranos.

Pero lo más importante para mi, quizá este año que puede hacerme más daño, es que el mar, es que la gente que me quiere me de un poco más si puede. Yo repartiré hasta allá a donde me alcance, pero si pueden darme un poco más es que me hace mucha falta, es que cada vez me hace más falta.

Dame lo que puedas le diré al mar desde muy cerca, dame lo que puedas, “no lo olvides”.

4 Comments:

At 10:33 a. m., Anonymous Anónimo said...

Seguro que el mar, este año, será generoso contigo. Este año y los años venideros.

El mar sabe lo que necesitas y te lo dará amanos llenas si sabes mirarle y hablarle con ojos despojados de tristeza. El mar se llevará tu tristeza lejos y te colmará de vida.

Es mi deseo para tí en este verano....y en todos los veranos próximos.

Yo, pronto volveré al mar y le pediré que envie a sus olas más cariñosas a saludarte.

Un beso

 
At 10:52 a. m., Blogger inventandomelavida said...

Sí, el mar no suele fallar. Me va a encontrar un poco más viejo y a mi alrededor habrá gente que ya no encontraré.

Pero mis ojos miran de otra manera, mi vida transcurre con la enseñanza de vivir cada momento con una enorme sonrisa.

Gracias por tu deseo, igual que el mío.

 
At 12:09 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cada instante que se vive nos recuerda que el anterior ya ha pasado. Cada persona nueva que llega a nuestra vida nos hace sentir que hay otras que ya se han quedado atrás, pero a las que recordamos, de las que guardamos hojas secas que nos servirán para recordar que un día fueron verdes y llenas de vida.

La vida es un paseo ante la marea. Las cicatrices del alma son las huellas que nuestros pies van dejando sobre la arena, pero que al tocar las frialdad de las aguas nos dicen: "todavía estás, todavía eres y a tí llegan caricias ajenas que te recuerdan que siempre habrá una mano, unos brazos y unas vivencias que te harán continuar".

No te haces viejo, solo caminas mas lentamente por esa playa de la vida con todo el derecho a pedir que "te den más". No dejes nunca de pedir más... porque te lo darán.

Disfruta de ese sol y ese mar.Son parte de tu vida.

Un beso y mi mano.

 
At 1:11 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Es muy preciso el resumen de vida que todos tenemos y explicas en tu primer párrafo. Pero mi vida ya deja huellas que aunque me recuerda en la arena el mar en que todavía estoy, necesitan ineludiblemente, como me ha ocurrido siempre una forma de continuarlas.

No conozco otra, no me sirve otra que la respuesta inmediata, lenta y cariñosa. Esa es una exigencia que siento siempre y la necesito y la necesitaré.

Por eso pido más, por eso te pido más porque no solo eres capaz de darlo, sino que lo das.

Es cierto, el mar, el sol, la playa que cuento son mi vida y la de toda mi familia, la misma que siempre tuve y tendré hasta donde yo llegue porque siempre estuvieron detrás.

Me hacen falta las dos cosas: tu beso y tu mano.

 

Publicar un comentario

<< Home