inventándome la vida

lunes, junio 19, 2006

La soberanía del instante


Para mantener la vida viva, no hay más recurso que darle todo el valor a la soberanía del instante, hacerlo brillante y permanente. Como un paso a paso de atributos íntimos, con belleza escondida que de alguna manera compartiremos, pero prolongando los instantes y escondiéndonos con ellos y con su poderío.

Rompe todas nuestras asimetrías, nos transporta al viaje de las emociones permanentes, nos aficiona al poema, nos devuelve las metáforas que ya parecía que habíamos perdido porque no teníamos con quien compartirlas. Y lo mejor de las metáforas es precisamente eso, que se trata de un asunto de comparaciones.

A todos nos acosa en esos instantes la sed del romance, el ensueño, el murmullo, la manera de turnarse las estrellas por la noche, a todos nos sirve ese instante para construir vida, romance, propósito y sueño. Nos facilita la querencia ajena, nos proporciona auditorio, nos corrompe y en ese auditorio nos lo inventamos todo, hasta los párpados o las pupilas del amante.

Ya, ya sé que las palabras derivadas de ellos producen adicción como las caricias en el mismo sitio, son como una especie de insomnio para siempre, un precipicio de ilusiones, una forma de escribir que nos la hemos de creer nosotros antes. Me ha pasado –lo dije antes- que hacía tiempo que estaba sin metáforas y las he recuperado de golpe y deprisa.

Pero es una vieja fórmula que nunca me ha fallado, cuando todo capitula, rinden los huesos que hemos dejado en el contenedor de los que ya no sirven, se multiplican los naufragios y no oyes más que hablar a voces, frente a una ventana de desesperanza me tienta éste delirio del instante, devolverle su poderío y lo demás darlo por vivido.


Puestos a pensar como la mujer de la imagen, llegas luego a saber que tienes ese poderío y has de conservarlo para siempre.

3 Comments:

At 10:41 a. m., Anonymous Anónimo said...

Así es. Es el instante como ese corazón propio que impulsa el líquido rojo que nos mantiene en vida. Es el instante el diapasón que marca el sentido de la melodía de nuestros actos.
Solo el instante, vivido en la metáfora hace necesaria la espera del próximo instante.

Dices que has recuperado la metáfora que te es tan necesaria. Quizá hayas recuperado la capacidad de no dejar pasar los instantes, de vivirlos y estrujarlos para poder dar cabida a lo que esperas de cada día.

Como siempre, tu texto es magnífico y enternecedor.

Un beso.

 
At 1:32 p. m., Blogger inventandomelavida said...

Somos como enamorados de los instantes de cada uno, hay toda la belleza que queramos depositar en ellos.

Sí, si, he recuperado la metáfora que para mí era tan necesaria. Detrás de ella siempre ha estado lo mejor mío para "estrujarlo", como dices, para hacerlo propio, para no dejarlo pasar nunca.

Mi texto, es…sentido, como siempre. Es que yo siempre he parido con las palabras.

Un beso

 
At 2:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

Lo sé, por eso es tan fácil entenderte.

Mas besos.

 

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