inventándome la vida

domingo, abril 22, 2007

No quiero que me quieran

Necesito una mujer apoyada en la pared de mis sueños, con el más completo y absoluto ofrecimiento de su amor, que los cimientos no sean el cariño sino la rendición total y para eso no hace falta querer, sino decir cuatro o cinco palabras o callarlas y escaparse así acompañado hasta los sitios donde no ha llegado uno nunca. De esa forma se construye una nueva idea de la vida, firme como una certeza, como un libro sin terminar, desmoronado lo anterior, hasta los rizos del cariño que todos recogemos por la vida más o menos.

No quiero que me quieran, quiero que me amen, que ya no importe nada, alguien conmigo, acurrucados, manteniendo extendidos los brazos para recogerlos luego, los besos a conciencia que no tengan ni por qué ni origen, sean besos venidos sin llamarlos.

Necesito una mujer compatible con las urgencias de los enamorados, de los que amamos y no nos amaron y que y luego ya vestida, con la ceñidura sexual de los vaqueros, las cavidades de su cuerpo, sus salientes, sin importar el paso de los años, moldeada así para poder amarme, cultivando la imaginación porque de la mujer parte siempre la calentura de los mejores sueños.

Eso lo quiero, antes de que llegue el final del día, el final de la parte de mi vida que me explica cada vez qué zona de mi cuerpo va a dolerme. Pues así con los dolores puestos pero en primera fila. Me lo he ganado para estar en ese sitio, ese sitio entre unos brazos porque si había alguien antes debe ser que solo la querían.

Yo no quiero querer ni que me quieran, quiero amar y que me amen, desgastado de las cosas que vienen pero útil todavía para dar lo que no suele ser capaz de dar la gente. Hay mil modos de amar todavía, de ser amante o amado, establecer bien los turnos aunque sean poco exactos pero con el mismo lenguaje. Amar es descubrir el secreto que tiene el otro, ni tan siquiera te lo tendrá que contar, pero sobre todo contaremos el nuestro, el que no le dijimos a nadie, nos querían y eso no les otorgaba ninguna clase de derecho.

Quiero amar como si hubiera sido una cuestión de azar, el amor se te ocurre, te viene, no se acaba porque la vida no es suficiente, carece de sentido, solo tiene peso, es inabarcable.

Pues eso quiero ya antes de marcharme, que no me quieran más, ni le añadan adjetivos aumentativos. Porque se puede querer mucho, pero amar sólo se hace de una manera. Amar es una tregua antes de morirte, te hace joven para siempre, no tiene pausa, ni grado de moralidad, es un suceso con los besos pendientes, los abrazos más lentos, la forma de tener las manos no estudiada, ser distintos, ser iguales, da lo mismo.

Por favor que no me quiera nadie, sin amor prefiero las soledades elementales para mi soledad, convocar yo mismo mis emociones aunque escaseen, aunque no tengan respuesta.

1 Comments:

At 1:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

Eres amado, estoy segura....

Un beso

 

Publicar un comentario

<< Home